El concierto se celebró un 4 de Junio con gran éxito, y a la semana se transformó en mariposa y voló... y ahí nació la idea de su familia de montar la "ASOCIACIÓN SONRISA DE LUNARES" en agradecimiento a toda la ayuda y cariño recibidos. Y yo le dediqué ésto....
Yo la conocí porque me empeñé, por pura bella que era...
La
veía por la Corredera durante años y siempre me llamó la atención. Esa
carita tersa, esa sonrisa tatuada, el color de su piel, ese pelazo
abundante y brillante... Tenía luz...
Para nada
sospechaba que la vida puso en mi camino muchas pistas y a muchas
personas para poder desempeñar una función en sus últimos días. Para
nada...
Paralelamente, me hice amiga de Ceci casi por
casualidad y me acerqué mucho a Lourdes, con la que coincidía en
reuniones de amigos comunes. Ambas por separado y sin tener ni idea de
que ellas eran íntimas de mi marujita...
No recuerdo cuándo ni cómo, pero una tarde me vi sentada en su mesa con un café...
Cuando llevaba un rato charlando le dije:
-Marujita,
¿tú te has dado cuenta de cómo respiras? Parece que te falta el
aire...! -yo y mis charlas tarrinoides emocionales sobre la autoestima,
el mostrar los sentimientos y el "sentirte con derecho a respirar" nos
llevaron a una larga conversación en las que me puso al día de su
historia... y de su historial...
No sé ni por qué me
tenía tan enamorada... Me habló durante mucho tiempo de miles de amigos,
de miles de viajes, de miles de planes... Conocía su vida sin formar
parte de ella. Ni siquiera tengo anécdotas maravillosas vividas junto a
ella. Y ni siquiera sé si alguna vez formé parte de su historia. Si
alguna vez habló de mi o fuí protagonista de sus vivencias en sus
conversaciones con toda esa gente que ya me sabía de memoria, pero a
quienes no ponía cara...
Mis encuentros con Michele
eran casi siempre casuales. Iba a sitios donde sabía que la iba a
encontrar. Me pasaba como con Lourdes...
Pocas veces quedamos
directamente, aunque ahora si pudiera la llamaría a cada instante para
comer cacahuetes calentitos de Genaro...
Un día hablamos de los cambios que tiene la vida cada vez que se cumple un ciclo de 7 años...
Ella se puso a pensar y a atar cabos sueltos...
-ehmmm...
a los siete... ehmmm... vale. A los catorce... ehmmm... sí. A los
veintiuno... ok. O sea que a los veintiocho me toca cambio? Bien,
bien... Seguro, porque estoy cambiando muchas cosas de mi vida y estoy
quitándome muchas que me sobran...
Lo que no
sospechamos aquella tarde es que a sus casi 28 habría un gran cambio,
pero no solo para ella, sino para todos los que se rodeaban de su amor.
Anoche
me leí todos nuestros mensajes de facebook durante estos siete meses...
Me los leí varias veces. De cuando se supo todo, de cuando aún nos
reíamos, de cuando buscábamos soluciones, de cómo "mi
hermana parece ser q está haciendo un master en medicina natural y te
tengo q contar miles de cosas q seguro q tu con lo q sabes de todo esto
te sonarian a chino!!!". Me preguntaba constantemente cómo estaba yo, que si le acompañaba a la acupuntura "y pensé q como a ti t gustan todas estas cosas, si quieres te vienes, tu ya me dices un besooooooo!!!!!!!!!!!! ",
se dirigía a mi como PIRULETA o "doctora win", y charlamos de jarabes,
de homeopatía, de pelos y de visitas, de que su sobrina gordita de nariz
con aletillas levantadas le estaba enseñando a decir "no", que por fín
estaba aprendiendo... hasta que dejó de contestarme, aunque sé que lo
leía...
Las visitas en su casa eran mágicas y de no
parar de reír. Daba igual el dolor, la fiebre, la situación... Y es allí
donde de reojillo comencé a descubrir a los papás de esa sobrinita de
la que no se cansaba de hablar, a la de los bizcochos ricos, a los suyos
propios, a su hermana y, de reojillo porque era muy cortado, a su
hermano...
Comencé a comer pan rico de la tienda de su
hermana, y a en vez de limitarme a la compra en sí, me tiraba allí las
horas hasta que se le acumulaba el trabajo tanto que mi chico me tenía
que dar el toque pa que la dejáramos respirar... y allí también conocí a
Ana. Grande Ana...
Apareció Coco en mi vida gracias a
ese concierto entrañable... y, en secreto, empecé a conocer
personalmente a toda esa gente de la que tanto ella me había hablado... Y
los fui reconociendo... Y a medida que ellos me hablaban, yo iba
visualizando sus historias que ella ya me había dibujado en el pasado...
Ella me regaló un papel tan importante en su última etapa, que no sé ni como agradecérselo...
Y
aunque solo lloraba delante de ella, cuando salía de esa habitación me
sentía recargada para abrazar y consolar, para relatar con su mismo
sentido del humor aquellas horas interminables, en las que repetía
constantemente:
-Tú te crees que con esta familia que tengo soy capaz de acordarme de lo malita que estoy?
Esa
complicidad... esas historias que transmitía desde el pensamiento a su
madre o a su hermana... Cómo no dejó ni un cabo por atar, cómo preparó
sus últimos días, cómo no se dejó en el tintero a nadie, mandando su
cariño y su paz hasta a quién ni yo habría dejado...
En momentos me sentí en conexión profunda entre ella y sus amigas...
No
podía entender cómo era posible llegar allí destrozada, para luego
salir de ese hospital siempre llena de vida, embriagada por la magia de
su gente, por la fortaleza, los sentimientos, la educación, por su
dignidad... Por sus SONRISAS, las de todos ellos...
Intenté
vivirlo desde sus ojos, que no desde los míos. Porque yo nunca he
tenido ese don. Yo me quedo en la tierra. Yo soy humana y con defectos
miles. Y mi mente batallaba sin cesar con no dejar salir de mi boca las
cosas terribles que pasaban por mi cabeza. Mis conflictos con la vida. Y
con el "merecerse las cosas". Porque si es difícil perder el tacto de
un ser querido, más difícil es desprenderse de su sufrimiento. Pero
desde su mirada bonita las cosas se tornaban de colores.
Porque
aunque sé que si existe algo más, ella no dudará en mostrar caminos, en
mantenerse en nuestros recuerdos, en unirnos... no encuentro
explicación en este instante. Ni creo que la encuentre jamás.
Porque
por mucho que pase las horas mirando al techo, esperando una pista, una
bombilla que se apague y se encienda, un ruído, una canción... su sitio
estaba entre su gente.
Por eso, NUNCA OLVIDARÉ,
MARUJITA, cuando ví por última vez desde tus ojos, al otro lado de la
vida, al otro lado del cristal, a toda tu gente observando con emoción
aquellos últimos retoques... Era la primera vez que Coco y yo estábamos
juntas a tu lado. La "amistad secreta" que te ocultamos... Y yo no hacía
más que imaginarte desde arriba, con los ojos muy abiertos y tapándote
la boca en medio de un ataque de esos de risa que te daban cuando algo
te sorprendía, diciendo:
-Cucha estas dos! Fofito y Milikito haciéndo su último trabajo juntas pa mí!!!
Michele, marujita mía... CUÁNTO TE VOY A ECHAR DE MENOS!!!
que cosa mas bonita nos haces sentir no se como esplicarlo que la tenemos cerca que parece que la siento reir ese pelo que tu reflejas tan guapa tan alegre como pueden pasar estas cosas cuando necesitas de esta persona ,leerte es un privilegio por que nos describes esos sentimientos que miles de amigos conpartimos
ResponderEliminarlo importante es poder llevar esa sonrisa a todas las partes posibles su sonrisa. porque aunque no la conoci en persona conozco los sentimientos que te provoca. seguro que hay personas en su misma situacion a las que deberiamos llevar su sonrrisa. su eterna sonrisa.
ResponderEliminar